Cuando era adulto, Albert Einstein recordó un evento fundamental en su vida que inspiró su interés en el descubrimiento científico. Tenía cuatro o cinco años y se quedó en cama con una enfermedad infantil cuando su padre le dio una brújula magnética de bolsillo para jugar.
Pasó horas girando la brújula, preguntándose cómo la aguja siempre sabía que debía apuntar hacia el norte.
El libro Invención en Internet: From Literacy to Electracy , cita a Albert Einstein sobre cómo jugar con esa brújula inspiró su amor por la ciencia. «Todavía puedo recordar,» escribió, «que esta experiencia me causó una profunda y duradera impresión. Algo profundamente escondido tenía que estar detrás de las cosas.»
Como padre, probablemente te encanta ver a tu hijo jugando. Es increíble escuchar sus ideas y aprender sobre los nuevos mundos que crean. También es divertido ver lo creativos que pueden ser al poner su imaginación en uso para aprender sobre el mundo que les rodea.
¿Qué es el juego significativo?
Las escuelas que utilizan la educación Montessori se centran en animar a los niños a aprender a través del «juego significativo». Según el libro, «Del juego a la práctica»: Conectando el juego de los maestros con el aprendizaje de los niños, el «juego significativo» tiene cinco características:
- Le da al niño una opción sobre lo que quiere hacer
- Se siente divertido y agradable para el niño
- Evoluciona espontáneamente, en lugar de dar a los niños un guión a seguir
- Está impulsado por una motivación intrínseca sobre lo que el niño quiere hacer
- Crea un ambiente libre de riesgos donde los niños pueden experimentar y probar nuevas ideas.
En el juego significativo, los niños son participantes activos. Por ejemplo, en lugar de tomar pasivamente una lección, los niños asumen papeles junto a sus compañeros y responden a los otros niños según las reglas de juego que han creado.
Si bien las «reglas» pueden parecer contrarias a la idea del juego libre y voluntario, un sistema de reglas mentales es en realidad una de las otras características clave del juego.
Los niños pueden establecerlas explícitamente, formarlas en colaboración o seguir a un líder seleccionado, o tener un sentido inherente de lo que rige los términos de su compromiso lúdico. Esta negociación activa y placentera de reglas y símbolos puede ofrecer una serie de beneficios de aprendizaje.
¿Cómo aprenden los niños a través del juego?
En su charla TedX Talk, la profesora Doris Fromberg, Directora de Educación de Maestros de la Infancia en la Universidad de Hofstra, explica por qué el juego es una parte tan importante del proceso de aprendizaje de los niños.
Para los niños pequeños, el juego suele ser una actividad de cuerpo entero que les ayuda a desarrollar las habilidades que necesitarán más adelante en la vida. Correr, bailar, escalar, rodar: todas estas actividades fomentan el desarrollo muscular y ayudan a afinar las habilidades motoras.
Los niños también desarrollan sus músculos mentales y emocionales mientras crean mundos elaborados e imaginativos ricos en un sistema de reglas que rigen los términos del juego.
Las investigadoras de la Universidad de Denver, Elena Bodrova, Carrie Germeroth y Deborah J. Leong, descubrieron que los niños se enseñan a sí mismos a regular sus emociones y a pensar antes de actuar cuando juegan.
Por ejemplo, si un niño se hace pasar por Olaf de Frozen, puede fingir que se está derritiendo cuando entra o insiste en que le gustan los abrazos cálidos. En cada caso, consideran cómo sus acciones se correlacionarán con la forma en que Olaf debe actuar en una situación determinada.
Este juego de roles ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales y les ayuda a convertirse en el tipo de adultos que son capaces de prosperar en una serie de entornos personales y profesionales.